septiembre 03, 2008

fragmentos de mi credo

.

Creo en los puentes hechos con palitos de madera y en los barquitos de papel.
Creo en Dios aunque no termino de darle forma.
Creo en lo cangrejos muertos y en los árboles petrificados del Sur.
Creo en Sócrates, en la apología, en su caverna
y en cotizar barato el concepto de amistad
porque los amigos son escasos y la extinción ciñe sobre ellos.
Creo en los desvelos y en el chocolate amargo.
Creo en las hojas sueltas, llenas de palabras escritas por la madrugada
en las madrigueras y los cubiles
en mi cama llena de marañas y nubes y redes de utopías. Creo en mis almohadas.
Creo en mis rebeldías no contagiadas.
En mi perico Pancho, su pico curveo y su piojito.
Creo más en los puntos suspensivos que en los puntos finales.
Creo en el mar que desconozco y en las cosas ajenas que arroja con su oleaje.
En los amigos, en sus proyectos, en las cosas que imaginan.
Creo en los errores y los fracasos y esas cosas no creíbles.
No creo en la santa muerte porque no creo en las santidades
pero creo en el verde y en el negro, en los textos inconclusos.
En el rojo del desierto y en sus flores abrazadas por espinas.
Creo en los pasos fuera del camino.
En las metáforas, en el plural y en las diatribas henchidas de pasión.
Creo en la pasión y sus proteicas formas.
Creo en los desnudos
y en las fotos blanco y negro.
Creo en el porno
y lo rezo como esencia del amor.
Y en el amor como un engaño que nos ayuda a continuar.
Creo en los engaños, en lo sórdido, en los besos sabor cerveza
la ropa corta, los cabellos largos y la piel al descubierto.
Creo en los ácaros que me comen mientras duermo
que nunca he visto, pero dicen que me comen y yo lo creo porque me gusta dormir solo pero también dormir acompañado.
Creo en el aleph y creo en los inmortales.
Creo en Rulfo y escucho ladrar a los perros.
Creo en las manos sucias
y en los dientes que en un beso también besan mordiéndome los labios.
Creo en las amantis, en las cochinillas y en las piedritas del zapato
en las fuentes secas, en los ríos que parten las ciudades
en los niños y los adolescentes criminales
Creo en las noches en el puerto.
Creo en esta ciudad que duerme
y en las palabras que pierdo mientras escribo
Y cierto, también creo en los villanos y las máscaras
casi tanto como creo en lo que escribo y en aquello que por cualquier cosa, jamás escribo.


.

6 comentarios:

celiazonline dijo...

Creo que vale la pena terminar un dia infinito desconectandome de internet leyendote, amigo.
Creo en tus palabras, en las que escribes más que en las que dices.
Creo que la vida vale la pena si al final de los días puede uno escribirles.
Gracias...

Alex A L dijo...

Creo que no hay mejor pretexto para seguir creyendo, que una madrugada rendida ante las palabras.
Excelente tu credo que contagia y busca cómplices. Ya encontró uno.

Julienne dijo...

Creo fielmente en que tienes talento, creo en la libertad, creo en el abismo, en la destrucción y en el infinito.

Anónimo dijo...

me encanta Pancho, me encantaba el cucú de tu casa y me fascina tu credo!!!

Carlos dijo...

Muchas gracias!!!! De vez en vez hay que replantearse en qué creer y en qué seguir creyendo.
Veo que la fe es un acto que debe renovarse... gracias por estar conmigo y compartir esas renovaciones a veces tan constantes. Saben que los quiero y no escatimo abrazos para ustedes!!!

Anónimo dijo...

Querido compañero del sexto piso, para los que no te conocemos tan a fondo, qué mejor forma de hacerlo que a través del fragmento de tu credo. No quedan dudas de todo lo que te falta por decir... y del interés por estar aquí para leerlo.