septiembre 01, 2008

Sobre los secuestros y los delincuentes

.
Mi postura es con los que roban y son delincuentes, tomo partido por ellos. Y sin embargo, es una postura conflictiva. Éticamente me cuestiono y creo que me equivoco, pero también acepto que no puedo unirme a coros donde todos condenan al malo sin siquiera escuchar por qué actúa de forma diferente.
No puedo condenar por de facto. Mi raquítico espíritu antropológico me dice que uno mira en el otro y lo estudia, porque en el fondo ese mirar en el otro es un mirar en sí mismo, un hacer autobiográfico, se estudia la otredad para comprenderse a sí mismo.
Foucault sostenía que occidente es una cultura de confinamiento y lo creo completamente. Locos, minus-válidos, enfermos, idiotas, anómicos, los gordos, lo tontos, los gays... son nuestras formas culturales de marcar diferencias y segregar: de chiquitos, en la escuela, no hacíamos equipo con los gordos, por ejemplo. Y los que secuestras son alevosos, claro. Indiscutiblemente, pero también actúan por reflejo a su entorno en una relación corrosiva entre estímulos y respuestas: tan sólo en México, los primeros dos deciles de la población concentran más ingresos que los restantes ocho.(ENIGH 200-2006); además: 50 millones de mexicanos (48% de la población) viven en algún tipo de pobreza, siendo 18 millones los que viven en pobreza extrema.
NO es el secuestro un síntoma? una forma agresiva y dolorosa de manifestar su "malestar en y con la cultura"?
Sin embargo me estremecen notas como ésta:
"BRAULIO SUÁREZ PEREDO. Niño de ocho meses, fue secuestrado el 9 de noviembre de 1999 por Miguel Salazar, enfermero de su abuelo, quien pidió 200 mil pesos por su rescate y a quien, junto con su cómplice, se le hizo fácil meter al niño dentro de una maleta, donde falleció asfixiado. Para intentar borrar las huellas, los delincuentes quemaron el cadáver y lo tiraron en un basurero de Iztapalapa. El cuerpo fue encontrado una semana después y los responsables fueron sentenciados a 60 años de prisión." (El Centro, 29 de Agosto de 2008, Año 2, Número 542)
En resumen: me dá náuseas el secuestro, pero no me uno al coro, no condeno a los delincuentes ni a los secuestradores... (al menos, no todavía... no todavía).

.

2 comentarios:

Julienne dijo...

Yo si creo que es un síntoma, pero también estoy de acuerdo en que se debe poner mano dura ante dichos maniáticos, ¿si no? ¿a dónde vamos a llegar? Por lo menos yo si me he puesto en el lugar de la gente "secuestrada" o de los familiares... y no tanto del secuestrador, ¿para qué? son enfermos.

Unknown dijo...

Híjole Carlitos, me he sentido igual que tú y claro que lo considero un síntoma, también me niego a verlo normal, a no estremecerme, a no creer que puede cambiar.
Ayer Evgy preguntó si había esperanza. Claro que la hay, me rehuso a perderla, aunque sea un esperanza muy idiota y egoísta que se limita a desear que no me suceda a mí ni a nadie cercano.
Que si me he puesto del lado de los secuestrados? es mi naturaleza, como también lo es ponerme del lado de los secuestradores, porque desafortunadamente para mí siempre he tenido claro que aun sin ser el centro de todo, todos estamos conectados y tengo cierta responsablilidad sobre todo lo bueno y lo malo que me rodea.